Érase una vez... el Renacimiento.

 En entradas anteriores hemos analizado los lugares en los que vivió y las personas con las que convivió. Pero nos falta la parte más importante, aquella que nos permite entender todo ese contexto. 

El afán de los reyes por crear grandes palacios, las reuniones de intelectuales en torno a una figura poderosa... todos estos procesos se encuadran dentro de un movimiento cultural que marcará la Historia de Europa: el Renacimiento. 

La primera pregunta que deberíamos responder es, ¿Qué es el Renacimiento? Y la respuesta es sencilla: un movimiento cultural. Lo siguiente que debemos hacer es encuadrarlo en su contexto cronológico: comienza a principios del siglo XV y abarca hasta la mitad del XVI. Geográficamente se localiza en un primer momento en Italia, aunque acabará desplegándose por toda Europa

El Renacimiento es un momento de transición, es un proceso bisagra entre la Edad Media y la Edad Moderna. Los propios renacentistas se querían alejar de los medievales. Ellos pensaban que eran diferentes, que habían superado esa "barbarie" de la Edad Media. Sin embargo, al observarlo históricamente llegamos a la conclusión de que se trata de una evolución, pues ya en la Baja Edad Media comienza a verse esa cambio en el pensamiento, que irá incorporándose paulatinamente hasta llegar a la Edad Moderna. 

El Renacimiento se caracteriza principalmente por una renovación cultural, un auge de las artes y las letras. Pero no queda en un simple movimiento cultural. Tendrá una influencia importante en la política, la sociedad, la economía y la religión. El Renacimiento busca imponer una vida civilizada, basada en principios étnico-políticos e inspirada en la Antigüedad (es decir, en Grecia y Roma). 

Entre los principales personajes del Renacimiento encontramos a Erasmo de Rotterdam, Petrarca o León Battista Alberti entre otros muchos. 

El papel de la mujer privilegiada en este movimiento cultural es significativo. Las reinas y princesas entran en la política. No intervienen de una forma directa, no como hoy podríamos entender este concepto. Pero si tienen una gran influencia, ya hemos visto como Margarita de Angulema interviene en las decisiones políticas de su hermano Francisco I. Las mujeres tienen un papel importante en las cortes. Margarita fue educada por humanistas italianos, al igual que su hermano, esto es un ejemplo de como la mujer entra en el mundo de la educación. Se convierten en eruditas. Las mujeres de la corte viven encerradas, y asumen ese papel a través de la inteligencia: usan su pensamiento, ya sea para acercarse al mundo político, al religioso, o para expresarse a través de la literatura. En nuestra Margarita vemos todas estas características. 

Antes de acabar esta entrada, quiero hacer una última aclaración. He utilizado el concepto humanistas para referirme a aquellos personajes que rodearon a Margarita, e incluso para referirme a nuestra protagonista. Pero, ¿Qué es el Humanismo? El Humanismo va ligado al Renacimiento, es la primera revolución cultural europea. Está ligado a la renovación espiritual. El Humanismo está ligado al triunfo del individualismo. Es una visión en la que, el protagonista es el ser humano (durante la Edad Media el protagonista era Dios). 

La diferencia entre Renacimiento y Humanismo recae en que los segundos, replantean la visión y el lugar del hombre en el mundo. Ambos movimientos serán claves para la consolidación de la Edad Moderna. 

Bibliografía: 

Duby, G. y Perrot, M. (2018): Historia de las mujeres 3. Del Renacimiento a la Edad Moderna. Barcelona, España. 

Fernández Álvarez, M. (2010): Casadas, Monjas, Rameras y Brujas. La olvidada historia de la mujer española en el Renacimiento. Barcelona, España. 

Lafaye, J. (2014): "El Humanismo, revolución cultural". Estudios 111, pág 7-26. 

Velázquez Delgado, J. (2011): "Renacimiento y modernidad". Horizontes filosóficos. Revista de filosofía, humanidades y ciencias sociales 1, pág 73-89. 



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